El difícil medio geográfico griego hizo que las
comunidades estuvieron aisladas. Por eso se dice que la unidad griega fue solo
cultural y no política. En consecuencia, en la Antigüedad nunca existió un
Estado común para todos los griegos, ni un país llamado Grecia. Fueron los
romanos, siglos más tarde, quienes llamaron “griegos” a los habitantes de las
costas del mar Egeo.
Sin importar el dialecto que hablaran, los griegos
se denominaban a sí mismos helenos, pues se consideraban descendientes de un
ser legendario llamado Heleno. Por eso es la Grecia de esa época se conoce como
Hélade.
La Hélade fue, entonces, un mundo cultural y no un
Estado, porque los griegos estaban organizados en muchas polis distintas.
Los movimientos de población y los intercambios
comerciales permitieron que, sobre todo en las costas de Asia Menor, se diera
un estrecho intercambio cultural. En esa región se encontraron cretenses y
orientales (principalmente egipcios y de los pueblos de Mesopotamia). Esos
distintos aportes culturales contribuyeron a la conformación de la cultura
griega.
Hubo muchos elementos que permitieron a los griegos
sentirse miembros de una misma cultura. Ellos creían en los mismos mitos, por
ejemplo, la creencia de tener como antepasados comunes a los héroes homéricos,
lo que les permitía compartir un pasado común. De igual forma, en el ámbito
religioso adoraban a los mismos dioses.
Los griegos compartían:
· Una
lengua en común, lo que les permitía comunicarse entre sí (sin embargo,
hablaban varios dialectos, entre ellos jónico, eolio y ático).
· El
sistema de escritura, mediante el cual difundían sus tradiciones.
· Una
organización política parecida.
· El
desarrollo de la filosofía y la ciencia.
· Los
juegos olímpicos, que reunían cada cuatro años a los atletas griegos.
· El
interés por una educación que valoraba tanto la formación racional como la
musical y la corporal.
El surgimiento de la polis
La época arcaica fue un período muy inestable. Por
eso, los griegos decidieron empezar a agruparse en busca de protección. De esta
unión entre los pueblos nació la polis. Generalmente, estas pequeñas
comunidades se unificaron alrededor de sitios ubicados en la cima de una
colina.
Allí construyeron un área muy segura que alberga
varios edificios, llamada acrópolis.
La acrópolis servía de refugio en caso de peligro y
como residencia de las autoridades y de las familias más poderosas. También fue
un lugar sagrado, pues allí se encontraban los templos consagrados al dios o
diosa predilecta (Zeus, Hera, Afrodita, Ares).
Más que una ciudad en el sentido moderno, la polis
era una comunidad de personas. Cada polis era un Estado autónomo que abarcaba
una ciudad y los campos vecinos, por lo que tenía una economía autosuficiente.
Las tierras de labranza y los bosques de uso común estaban ubicados en la
periférica de la ciudad (lo que constituía el aérea rural).
Las ciudades- Estado tenían sus propias reglas de
conducta, organización y forma de distribuir el poder entre los miembros de la
comunidad. Los problemas de la comunidad se discutían y se resolvían en el ágora, que era una plaza pública en el
centro de la ciudad a la que podían acudir todos los hombres libres.
Al principio las distintas polis griegas estuvieron
gobernadas por reyes (basileus)
elegidos entre los nobles. El rey era juez, legislador y jefe del ejército. Lo
ayudaba un consejo de ancianos, integrado por los representantes más destacados
de las familias nobles.
Los nobles tenían las mejores tierras y los rebaños
más numerosos. Al principio, los nobles eran los hombres o familias con
prestigio reconocido ante el pueblo. Posteriormente, asumieron la ideología de
la superioridad de sangre, atribuyéndose vínculos con un antepasado divino o
heroico.
La crisis del siglo VIII a. C.
La crisis social que atravesó Grecia durante el
siglo VIII a. C., fue el resultado del aumento de la población. Eso se juntó
con un espacio reducido y con acceso a pocos recursos.
También influyeron los enfrentamientos entre
campesinos (apoyados por artesanos y comerciantes) y la aristocracia (clase
noble). Esta última acaparaba las tierras y controlaba el gobierno de las
polis. Los campesinos reclamaban por la
redistribución de tierras y la cancelación de las deudas.
Los campesinos también querían conocer las leyes,
pues no existían leyes escritas (se transmitían oralmente) y por eso los nobles
las interpretaban y las aplicaban a su conveniencia. Para enfrentar esa crisis,
las polis desarrollaron:
· La
colonización o conquista de nuevas tierras.
· La
aplicación de reformas internas.
La colonización griega del Mediterráneo
La colonización pretendía reubicar a los campesinos
sin tierras. La mayoría de colonias fueron poblados agrícolas ubicados cerca
del mar. Esto obedecía al interés comercial de los griegos, que buscaban puntos
que les sirvieran para relacionarse con otros pueblos y así venderles sus
productos.
Al principio la colonización no conto con el apoyo
requerido. Poco tiempo después, los gobiernos de las polis comprendieron la
importancia de ese mecanismo y decidieron organizar, vigilar y apoyar las
expediciones.
Cada colonia formaba una nueva polis totalmente
independiente. Sin embargo, la colonia y la polis totalmente independiente. Sin
embargo, la colonia y la polis fundadora mantenían vínculos comerciales,
culturales y sociales.
Las consecuencias de la colonización fueron
diversas; por ejemplo, aumentó el volumen del intercambio comercial. Eso
estimuló el desarrollo de nuevo sector social: el de los comerciantes.
Los comerciantes compraron armas y formaron grupos
para defender las ciudades. Los nuevos guerreros fueron llamados hoplitas y estaban equipados con armas
livianas y simples (lanza, espada, casco, coraza y un gran escudo). Los
hoplitas combatían en formaciones muy compactas que recibían el nombre de falanges.
Los griegos se extendieron por las costas de la
península Ibérica, de Francia y de la península Itálica. También ocuparon el
litoral del mar Negro y llegaron hasta las costas de África.
Esto originó un cambio en la organización social,
política y militar. Hasta ese momento, los querreros peleaban en carros tirados
por caballos. Como no todos podían comprar caballos, carros, armas, el poder
estaba concentrado en la aristocracia.
El cambio favoreció la participación de los comerciantes
y de los artesanos en la defensa de la ciudad. Como consecuencia, estos grupos
pronto demandaron mayor participación política.
Los grandes excluidos de las riquezas fueron los
pequeños y medianos propietarios campesinos. La situación de esos grupos empeoró
por la importación de cereales de las nuevas colonias, por ejemplo, el trigo
que provenía de Sicilia.
También se arruinaron los pequeños artesanos al no
poder competir con quienes utilizaban mano de obra esclava. Al final, muchos
artesanos se convirtieron en esclavos por no pagar sus deudas.
Por otra parte la colonización fomentó la difusión
de la cultura griega por el mundo Mediterráneo. La presencia de colonias
griegas en Italia (conocida como Magna Grecia), por ejemplo, facilitó su
influencia en la civilización romana.
Al principio de la colonización, trasladar a una
parte de la población al exterior sirvió para frenar la crisis social. No
obstante, llegó un momento en que esa solución dejó de ser tan afectiva y
comenzaron las reformas internas.
La expansión griega por el Mediterráneo se ha
estudiado gracias se ha estudiado gracias a diversos vestigios culturales, como
estas ruinas de la ciudad de Amporias, ubicada en Gerona, España.
Reformas internas: legisladores y tiranos
Las reformas internas tuvieron dos etapas: la acción
de los legisladores, que reformaron y pusieron por escrito las leyes; y la
llegada al poder de los tiranos, que prometieron resolver los problemas del
pueblo.
Los legisladores fueron hombres en los que confiaba
la mayoría de los habitantes de las polis, por su prestigio personal.los
legisladores intentaron crear una sociedad y una economía más justas.
Los más conocidos fueron el espartano Licurgo y el ateniense Dracón. Este último escribió las leyes
atenienses, que hasta entonces se habían transmitido de forma oral.
En el siglo VI a. C., aparecieron nuevos
legisladores. Uno de ellos fue Solón,
en Atenas. Solón intentó mejorar la situación de los campesinos, prohibiendo la
esclavitud por deudas. También reformo el orden político al permitir que todos
los ciudadanos libres votaran en la Asamblea popular, aunque solo los
ciudadanos más ricos podían ser elegidos gobernantes.
Pero las acciones las acciones de los legisladores
no siempre solucionaron los conflictos, y las tensiones volvieron a empezar.
Entonces surgieron los tiranos, hombres que subieron al poder por la fuerza.
Entre los tiranos más famosos se encuentran Clístenes, de Sicione, y Pisístrato,
de Atenas.
Los juegos Olímpicos
La versión más conocida sobre el inicio de los
juegos olímpicos señala el año 776 a.C. como el de la primera justa. Se conoce
que estos juegos se celebraban cada de Olimpia, pero es difícil precisar las
causas que llevaron a los griegos a celebrarlos. Según algunos investigadores,
los juegos eran una especie de culto a los dioses. Inicialmente se rendía
tributo a Cronos, Gea, Zeus y otros no obstante, con el tiempo, Zeus se
convirtió en el más importante para los griegos y a él se dedicaban las justas.
Las investigaciones sobre los juegos olímpicos han
revelado que los antiguos griegos se enfrentaban al menos en 12 actividades:
· Stadium:
era una actividad similar al atletismo actual en la carrera de los 100 metros
planos.
· Pentatlón:
Puede compararse con lo que ahora se denomina decatlón.
· Pankration:
Era una especie de combate sin reglas.
· Diadulos:
Esta competencia era similar a la actual prueba de 400 metros planos.
· Dólico:
Consistía en una carrera de resistencia
· Hípica:
Eran carreras que se realizaban en carruajes tirados por caballos.
· Hoplitódromo:
Consistía en una especie de carrera de resistencia.
· Pugilato:
Similar al boxeo.
· Lanzamiento de disco.
· Salto largo
· Lanzamiento de jabalina.
· Lucha libre.
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